Fonte: Boletín Boca A Boca – Articulación Feminista Marcosur
Con una mínima diferencia con el segundo en carrera, el nacionalista Luis Lacalle Pou será el nuevo presidente de Uruguay. La participación de las mujeres bajó de forma considerable en todos los partidos políticos.
Como ninguno de los candidatos a Presidencia obtuvo la mayoría absoluta (50% más un voto) en la primera vuelta de elecciones el 27 de octubre de 2019, el 24 de noviembre se realizó el balotaje con los dos más votados. La fórmula del Partido Nacional (PN, de centro-derecha), con Luis Lacalle Pou para la Presidencia y Beatriz Argimón para la Vicepresidencia, obtuvo una diferencia mínima por encima de la del Frente Amplio (FA, de centro-izquierda, actualmente oficialismo), integrada por Daniel Martínez y Graciela Villar. Hasta el 29 de noviembre no estaban los resultados definitivos, que se podrán ver en la página web de la Corte Electoral.
La última vez que gobernó el Partido Nacional fue entre 1990 y 1995, período caracterizado por fuertes políticas neoliberales, una gran reducción del Estado y la intención de privatizar entes públicos, además de varios casos de corrupción. El programa del PN para el gobierno 2020-2025 es poco claro, con una “Ley de Urgente Consideración” que no especifica su contenido, la amenaza de volver a eliminar los Consejos de Salarios y otras medidas que atentan contra los derechos laborales.
Para obtener más votos que el FA, Lacalle Pou tuvo que formar una coalición con la mayoría de los partidos de la oposición. Este acuerdo incluye a Cabildo Abierto (CA), un nuevo partido militar, de ultraderecha y fundamentalista, que se pronunció abiertamente contra los derechos de las mujeres y la población LGBTI+, entre otras cosas.
¿Y las mujeres?
En 1932, Uruguay fue uno de los primeros países latinoamericanos en aprobar el sufragio femenino en las elecciones presidenciales. Unos diez años después tuvo cuatro mujeres en el Parlamento (dos senadoras y dos diputadas), pero a lo largo de la historia la participación femenina fue aumentando de forma extremadamente lenta y errática.
Para contrarrestar la situación se aprobó la Ley de Cuotas en 2009, aplicada por primera vez en 2014, que establece un mínimo de un tercio de representación femenina en las candidaturas nacionales, departamentales y municipales. Esta Ley, lejos de la paridad, obliga a los partidos a incluir personas de distinto género en cada terna (tres lugares sucesivos) de sus listas. Además de ser insuficiente, los partidos recurren a mecanismos que la hacen menos eficiente aún, como elegir a una mujer y que esta renuncie para dar paso a su suplente varón, o directamente no colocar a mujeres en los lugares elegibles (primer o segundo puesto de la lista, según los votos del sector).
Por su parte, el Frente Amplio modificó su estatuto en 2017 y se convirtió en el primer partido en postular listas paritarias. No obstante, la gran mayoría de las listas para estas elecciones estaban encabezadas por varones, a pesar de que más de la mitad de las militantes son mujeres.
Según los nombres que han anunciado hasta ahora, en el próximo período legislativo habrá 9 senadoras en 31 bancas y 17 diputadas en 99: una senadora más que en la actualidad y una diputada menos. En otras palabras, el Senado tendrá casi un tercio de representación femenina (29%) y la Cámara de Representantes apenas un sexto (17%).
En el Senado, cinco de las nueve mujeres son del FA (Lucía Topolansky, Sandra Lazo, Liliam Kechichian, Amanda Della Ventura y Carolina Cosse), dos del PN (Graciela Bianchi y Gloria Rodríguez) y una de CA (Irene Moreira). A ellas se suma la vicepresidenta Argimón, que también ocupa el puesto de presidenta del Senado y que se convirtió en la primera mujer en ser vicepresidenta electa (ya que la actual, Topolansky, obtuvo el puesto luego de que el electo renunciara).
En la Cámara Baja se anunciaron 17 diputadas: 11 del FA, tres de CA, dos del PC y una del PN. Los demás partidos –Partido Independiente, Partido Ecologista Radical Intransigente y Partido de la Gente–, que tienen un diputado cada uno, no cuentan con representantes mujeres.
En este artículo de La Diaria se puede ver de forma interactiva la composición del nuevo Parlamento y en este la integración femenina desde la vuelta de la democracia hasta ahora.
Por otro lado, entre los nombres que maneja la Coalición para encabezar los Ministerios hay una sola mujer entre 13 ministros (7,7%).
En cuanto a la representación de personas racializadas, solo una persona en todo el Parlamento es afrodescendiente. A pesar de representar a casi el 9% de la población uruguaya, en las Cámaras las personas afrodescendientes ocupan el 0,8%.